Sostenibilidad con propósito: cómo las empresas pueden liderar sin caer en el greenwashing
Muchas empresas hablan de sostenibilidad, pero pocas la practican con propósito. En este artículo comparto cómo evitar el greenwashing y liderar con coherencia, ética y resultados reales.
Jose Leal
5/8/20243 min read
La sostenibilidad no es una tendencia
En los últimos años, muchas empresas han descubierto el poder de la palabra “sostenibilidad”. La incorporan en campañas, eslóganes y publicaciones, convencidas de que basta con mostrarse verdes para parecer responsables. Pero la sostenibilidad no se trata de parecer, sino de actuar con propósito.
He visto de cerca cómo algunas compañías inician proyectos ambientales sin una verdadera estrategia detrás. En el papel suena bien, pero en la práctica las acciones no tienen seguimiento, medición ni coherencia con la realidad de la empresa. Lo que queda es una fachada verde: el famoso greenwashing.
Qué es realmente el greenwashing
El greenwashing ocurre cuando una organización comunica más de lo que realmente hace. Es pintar de verde una marca sin transformar sus cimientos. A veces lo hace por desconocimiento, y otras por conveniencia.
Se puede manifestar de muchas formas:
Publicar campañas sobre reciclaje mientras se mantienen procesos altamente contaminantes.
Promover productos “eco” sin certificaciones o trazabilidad.
Compensar emisiones con donaciones simbólicas, sin reducir el impacto real.
El problema no es comunicar los esfuerzos, sino hacerlo sin verdad ni propósito. La sostenibilidad empieza cuando una empresa se pregunta por qué hace lo que hace y a quién beneficia de verdad.
Sostenibilidad con propósito: del discurso a la acción
La sostenibilidad con propósito no se logra a través de un logo verde, sino de una cultura interna. Significa entender que el impacto ambiental y social no son un departamento, sino parte de cada decisión diaria.
En mi experiencia en el sector agrícola, especialmente con proyectos de piscicultura, aprendí que la sostenibilidad no depende solo del tamaño de la empresa, sino de su coherencia. Un pequeño productor que maneja bien sus vertimientos y aprovecha los recursos locales puede ser más sostenible que una gran empresa con un manual que nadie aplica.
Lo mismo ocurre en sectores menos obvios, como los servicios funerarios. En mi trabajo en la gestión ambiental de un parque cementerio, entendí que la sostenibilidad también implica dignidad, respeto y eficiencia en lugares donde pocos piensan en el impacto ambiental. Cuando una organización incorpora esa mirada, su propósito se vuelve tangible.
Tres pilares para un liderazgo sostenible
Cada empresa puede construir su propio modelo sostenible, pero hay tres pilares que considero fundamentales:
1. Coherencia interna
No hay sostenibilidad si los equipos no la viven desde adentro. Los programas ambientales deben tener sentido para los empleados, no solo para los informes. Escuchar, capacitar y reconocer los esfuerzos internos es la base para que la sostenibilidad sea parte de la cultura, no una orden externa.
2. Transparencia y medición
Todo lo que no se mide, se diluye. Establecer indicadores claros —desde el consumo de energía hasta la gestión de residuos— es lo que separa las buenas intenciones de los resultados reales. Una empresa que comunica sus avances, incluso cuando no son perfectos, genera más confianza que una que promete resultados sin mostrar evidencia.
3. Educación y propósito compartido
La sostenibilidad con propósito se multiplica cuando se educa. No se trata solo de cumplir con normas o certificaciones, sino de formar conciencia en cada nivel de la organización. Cuando las personas comprenden el “para qué” de sus acciones, dejan de actuar por obligación y empiezan a hacerlo por convicción.
El verdadero liderazgo sostenible
Las empresas que logran sostener el cambio no son las que más publican, sino las que entienden que la sostenibilidad es una inversión a largo plazo. Un liderazgo sostenible no busca protagonismo, busca impacto.
Y ese impacto no siempre se traduce en cifras inmediatas. A veces es un proceso más lento: cambiar rutinas, repensar procesos, capacitar al equipo, mejorar las relaciones con el entorno. Pero es un camino que deja raíces profundas.
Cuando una empresa lidera con propósito, su sostenibilidad deja de ser un proyecto y se convierte en una identidad.
Ser sostenible no es una estrategia de marketing. Es una forma de tomar decisiones con ética y conciencia. Implica reconocer los límites del planeta, los desafíos del contexto y la responsabilidad compartida con las comunidades.
He visto que cuando una empresa entiende esto, sus resultados se transforman: mejora su reputación, reduce costos innecesarios y, sobre todo, construye confianza. Porque en un mundo saturado de mensajes vacíos, la coherencia sigue siendo la herramienta más poderosa.
✍️ Jose Leal
Ingeniero ambiental y especialista en gestión y magister en educación sostenible.
